Cuando están por dar las 12 hs del 31 de diciembre, pasan por nuestros pensamientos todas aquellas cosas que nos queremos proponer para el año entrante. Pensamos en todo aquello que no pudimos cumplir este año y nos juramos a nosotros mismos que no volverá a suceder y que este será el año en el que concretemos todo eso que en el año que pasó no pudimos.
Propósitos que nos prometemos todos los años
En este artículo te mostraremos cuáles son esos propósitos que te impondrás y seguro no cumplirás.
1. Bajar de peso
- Un verdadero clásico de los propósitos incumplidos para el año que comienza, es la promesa sin dudar de que este año nos desharemos de esos kilos de más, que vienen conviviendo con nosotros hace años.
- Pensamos en nosotros ostentando un cuerpo esbelto frente a todos, como resultado de la estricta dieta que haremos y eso nos reconforta. Pero pensar en el resultado no es pensar en el proceso, que es lo más tedioso.
- Nos encantaría lucir más delgados, pero tampoco queremos renunciar a ciertos gustos que siempre nos han acompañado, como la comida chatarra, irnos de tapas con unas cañas y todas cosas que desde luego no contribuirán en nada al objetivo de nuestros pensamientos.
- El problema con la promesa incumplida de bajar de peso, es sin duda alguna, que solamente lo pensamos, sin hacer lo que debemos, como conseguir un plan dietario adecuado y llevarlo a cabo sin debilidad. Solamente queremos lucir bien como por arte de magia y eso, desgraciadamente, no sucederá.
2. Hacer más ejercicio
- Una promesa que viene emparentada con la de bajar de peso es aumentar nuestras rutinas de ejercicio.
- Pensamos en todas aquellas rutinas deportivas que nos encantaría realizar y que el año que pasó no pudimos concretar y nos reconforta imaginar que este año que llega tendremos el tiempo y la voluntad de realizarlo… pero no.
- El hábito de realizar ejercicio es algo muy difícil de obtener cuando uno es mayor y no lo tiene inculcado desde pequeño. No queremos destruir tus deseos, pero seguramente no lo lograrás.
3. Comer más saludable
- Es muy gracioso ver cómo uno piensa en comer más saludable justamente los últimos días del año, cuando nos solemos enfrentar a celebraciones con banquetes en los que no le decimos que no a ningún tipo de alimento con altísimos contenidos en grasas y las fijamos con algún tipo de bebida alcohólica.
- ¿Será que nos llenamos tanto por estos días que pensamos que después no necesitaremos comer más este tipo de cosas?
- Una vez que te recuperes de todo aquello, seguramente vuelvas a sentir el gusto a una comida chatarra o a los dulces de los que no te puedes librar. La promesa de comer más saludable también es una de las más incumplidas año tras año.
4. Tener la vida más organizada
- El año pasado has ido de un lado para el otro de manera desorganizada, sin una agenda que te ayude a acomodar tus actividades. Al mismo tiempo, puede que llegues a tu hogar y veas un desastre de cosas desordenadas por todas partes y allí vendrá la promesa: ¡Debo ser más organizado para el año entrante!
- Es muy, pero muy difícil para un desorganizado convertirse en organizado de la noche a la mañana. Generalmente, las personas organizadas tienen un talento innato, en el que la programación y el hecho de no dejar ningún detalle librado al azar es un estilo de vida.
- Seguramente, el día que quieras organizarte, te llamarán tus amigos para salir un rato a disfrutar de la vida y allí irás tras la diversión y la organización… que espere un año más.
5. Dejar malos hábitos
- Beber en exceso y fumar, todas esos hábitos nos satisfacen de sobremanera, pero también sabemos que de cierta forma están haciéndonos muy mal a la salud.
- El hábito de dejar de beber es casi tan imposible como el de dejar de comer cosas no sanas. Generalmente solemos prometerlo después de la resaca de una noche en la que no nos hemos privado de ningún tipo de placer alcohólico, que nos ha dejado en la cama, con dolor de cabeza y un malestar estomacal que no podemos resistir.
- ¡No prometas nada en esos momentos! Cuando estés bien, volverás a la bebida.
6. Tener más dinero
- Este es uno de los propósitos más difíciles de cumplir y tiene que ver con varios factores, tanto internos como externos.
- En lo interno, uno intenta gastar menos dinero del que gana, pero es imposible. Nuestra capacidad de ahorro suele ser casi nula y en el caso de poder guardar algunos euros, siempre aparecerá algún pormenor o algún placer para darnos y que estos vuelen como un pájaro.
- Luego, en el plano externo, uno busca mejores trabajos o piensa en la posibilidad de trabajar más horas de lo habitual para generar mayores ingresos, para luego darse cuenta de que estaría trabajando todo el día completo sin la posibilidad de descansar algo. Allí es cuando todo el sueño de ser más adinerado se derrumba.
7. Ser más feliz
- Uno quiere ser feliz, hasta que se da cuenta que la felicidad son solo momentos y la ansiedad y el rencor que no nos permiten ser felices seguirán latentes, así que deja de lado los propósitos de año nuevo, porque seguramente no los cumplirás.
Mejor no proponerse nada y que las cosas surjan por sí solas.