Masaje erótico gay

masaje relajante hombre

Anímate a entrar al universo del placer tántrico. Ven junto a tu pareja y experimenta los placeres ocultos que puede ofrecer el masaje tántrico para estimular tus zonas erógenas y purificar tu espiritualidad erótica con técnicas placenteras. Descubre todos los secretos de un masaje erotico gay  y disfruta como nunca lo has hecho.

¿Quieres disfrutar de un Masaje erótico gay?

En el antiguo vocabulario sánscrito se tiene una palabra para el pene, Lingam, que se traduce a las diferentes definiciones del órgano sexual masculino y que significa “Vara de Luz”.

En el mundo de la sexualidad tántrica, la “Vara de Luz” es tratada con mucho respeto, para generar energía a través de placeres creativos. Las técnicas para complacer la “Vara de luz” son diversas, pero todas utilizadas con el propósito de provocar placer.

Las intenciones del masaje tántrico es crear una atmósfera para que la persona que recibe el masaje reciba un placer logrado a través de estimulaciones que siguen el procedimiento tántrico que proporciona niveles de placeres no conocidos.

El masajista provoca en el hombre el camino a horizontes de disfrute que proporciona un estado tranquilo y de bienestar. Estos masajes sirven para mejorar traumas sexuales y aquellas condiciones negativas en el mundo de la sexualidad masculina.

En el masaje tántrico el orgasmo no es la finalidad, ya que la finalidad del masaje es estimular el cuerpo como un todo, para conducir al hombre por el camino de placer.

Esto se logra a través de la estimulación de Lingam, junto al perineo, testículos y aquel lugar donde se encuentra el punto G masculino, a donde se llega por estimulación prostática vía anal. El hombre cae en un estado de placer que nunca ha experimentado.

El masaje tántrico da camino a una vinculación placentera entre el receptor y el masajista. Las tradiciones sexuales han colocado al hombre como el dador de placer, el encargado de dar placer como una herramienta, en el mundo tántrico, debe aprender primero a recibir.

Dar y recibir en masaje tántrico es parte del proceso

Esto logra explorar el lado sensible y receptivo del hombre y le enseña a experimentar el placer de una forma muy diferente a lo que está acostumbrado.

El proceso es sencillo, el hombre debe acostarse sobre la mesa de masaje y boca arriba debe comenzar a respirar de forma relajada.

El masajista debe comenzar con suaves estimulaciones con las manos para crear confianza. El masaje es suave y lento y se puede comenzar por las piernas regularmente, subiendo por los muslos, para pasar al abdomen, llegar al pecho con un estímulo profundo y concluir en los genitales.

Todo esto bajo una atmósfera de relajación que guiará el masajista mediante el contacto físico. Una vez logrado el estado pleno de relajación se comenzará a estimular de forma completa el cuerpo, con toques intensos y la manipulación de la piel de todo el cuerpo.

El arte erótico del proceso es cuidado, cada estímulo, cada toque, tiene su proceso sensual que provoca el deseo carnal de manera controlada.

Las zonas eróticas estimuladas en el proceso van desde el perineo, hueso púbico, el escroto y testículos, llegando al ano. Estas zonas erógenas no suele ser tomadas en cuenta durante el acto sexual y es una pena, porque provocan un alto nivel erótico, ayudando con la eyaculación precoz y logrando múltiples de orgasmo.

La experiencia tántrica es fantástica, el pene puede experimentar nuevas sensaciones durante el masaje que no solo es una estimulación de arriba abajo, la erección estimulada con cuidado te brinda una gama de placer.

El masajista debe percatarse si el receptor está por eyacular, en este momento el masajista debe relajar el proceso para que el pene se relaje y para que el Lingam aprenda a controlar su energía sexual.

Recordemos que la finalidad del masaje no es el orgasmo, durante el proceso se te guiará a aminorar la energía orgásmica.

La respiración es importante para este proceso, ya que si logras controlar tu eyaculación, podrás llegar a múltiples orgasmos sin haber eyaculado una gota de semen. La eyaculación es una respuesta muy diferente al orgasmo, se debe aprender a comenzar a entender a diferenciar estas dos respuestas, y lograr una vida sexual placentera.

El masajista debe enseñar al hombre a llevar el control de su mente y respiración, para que no deje llevarse por el orgasmo.

La meta del masajista es lograr que el receptor del masaje deba aprender a llegar al orgasmo múltiple de forma especial, a contener la energía sexual como si fuese una batería, esto llevará su estado mental a nuevos niveles de placer.

Después de acumular la energía, el hombre de elegir en qué forma liberar esa energía, si la expulsa en forma de eyaculación o la usara en otra forma, canalizándola en diferentes áreas del ser.

Cuando el masaje concluye, al hombre se le invita a estar tendido durante unos momentos para que pueda asimilar la experiencia.

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *